Las desgracias nunca vienen solas. A veces vienen bien acompañadas por el oportunismo, la autopromoción y una natural propensión a la foto que derrocha bondad y desinteresado interés por los desprotegidos.
Las desgracias nunca vienen solas. A veces vienen bien acompañadas por el oportunismo, la autopromoción y una natural propensión a la foto que derrocha bondad y desinteresado interés por los desprotegidos.